Las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés) se perfilan como una posible evolución en el mundo de las finanzas. Estas representaciones digitales de las monedas nacionales -emitidas y reguladas por los bancos centrales- tienen el potencial de cambiar la forma en que realizamos transacciones, invertimos y ahorramos dinero.
En una prueba realizada esta semana, el Banco de Pagos Internacionales (BPI) y los bancos centrales de Francia, Singapur y Suiza llevaron a cabo con éxito la negociación y liquidación transfronterizas de monedas digitales de bancos centrales mayoristas (wCBDC, por sus siglas en inglés) entre instituciones financieras utilizando contratos inteligentes y un creador de mercado automatizado (AMM, por sus siglas en inglés) en una blockchain pública. Esto demuestra el potencial del uso de CBDC en aplicaciones financieras descentralizadas (DeFI).
Los CBDC ofrecen varias ventajas potenciales, como la inclusión financiera, la eficiencia, la reducción del fraude, una política monetaria más receptiva y el análisis de datos.
Sin embargo, a medida que los gobiernos de todo el mundo exploran la viabilidad de implantar CBDC, surgen signos de preocupación entre los ciudadanos alimentados por la desconfianza en la vigilancia gubernamental.
Resistencia estadounidense a los CBDC
Aunque los debates en torno a la implantación de las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) cobran impulso en todo el mundo, Estados Unidos va a la zaga de otros países en lo que respecta al desarrollo de una CBDC. La Reserva Federal ha indicado que está muy lejos de introducir una versión digital del dólar y que sólo seguiría adelante con un “claro apoyo” del presidente y el Congreso.
A principios de este año, una encuesta del think tank libertario Cato Institute reveló que sólo el 16% de los estadounidenses apoyaba la adopción de un CBDC, y el doble -34%- se oponía. Sin embargo, el 49% no se ha formado una opinión. Es improbable que un 78% utilice un CBDC, y es “muy improbable” que lo haga un 55%.
¿Por qué Estados Unidos, conocido por ser un centro mundial de innovación tecnológica, duda a la hora de impulsar un CBDC?
La respuesta radica en parte en las tradiciones políticas e históricas de EE.UU., que hacen hincapié en la importancia de las libertades personales. La mayoría (53%) de los republicanos que respondieron a la encuesta de Cato se oponía a un CBDC, mientras que el 56% de los demócratas no tenía opinión y el 22% se oponía. Los conservadores desconfían de que los CBDC puedan facilitar la vigilancia gubernamental y controlar el gasto de los ciudadanos.
En septiembre, el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, aprobó la Ley del Estado contra la Vigilancia de los CBDC y la remitió al pleno para su consideración.
El proyecto de ley impediría a la Reserva Federal emitir una CBDC a particulares directamente o a través de un intermediario y prohibiría al banco central utilizar cualquier CBDC para aplicar la política monetaria.
“Una moneda digital del banco central es dinero programable controlado por el gobierno que, si no se diseña para emular el dinero en efectivo, podría permitir al gobierno federal vigilar y restringir las transacciones de los estadounidenses. Esto no sólo es alarmante, sino totalmente antiestadounidense”, declaró el representante de la mayoría republicana en el Congreso, Tom Emmer, de Minnesota, que presentó el proyecto de ley.
¿Son buenos los CBDC para la moneda de reserva mundial?
Una de las causas de la resistencia a los CBDC en Estados Unidos radica en su descentralizado y complejo sistema financiero. Estados Unidos tiene un sector bancario fuerte y una red bien establecida de procesadores de pagos.
Su infraestructura financiera es fundamental para su identidad económica y su influencia mundial. El dólar estadounidense es la moneda de reserva mundial. Algunos responsables políticos sostienen que los CBDC podrían perturbar este sistema, desestabilizando potencialmente los mercados financieros. Los CBDC de otros países podrían ganar terreno y reducir la influencia del dólar en la escena mundial.
Además, la filosofía económica del país, que aboga por una intervención gubernamental limitada en los servicios financieros, ha alimentado históricamente el escepticismo hacia las divisas controladas por el Estado. En una sociedad que valora mucho la privacidad individual, el concepto de una moneda digital que las agencias gubernamentales podrían vigilar de cerca suscita importantes preocupaciones.
Otro factor que contribuye a la resistencia son los retos normativos que plantea la implantación de una CBDC. EE.UU. tiene un complejo panorama normativo en el que intervienen múltiples agencias y jurisdicciones, y ajustar el marco normativo podría plantear dificultades.
Desconfianza en la vigilancia gubernamental a través de los CBDC
Los ciudadanos estadounidenses no son los únicos que expresan su preocupación por la vigilancia y el control gubernamentales asociados a las CBDC. Los problemas incluyen:
- Privacidad: Los CBDC podrían proporcionar a los gobiernos acceso directo a los datos financieros de las personas, que podrían utilizarse indebidamente, violando el derecho a la intimidad de los ciudadanos.
- Control: Los gobiernos podrían utilizar las CBDC para controlar a las personas mediante la congelación de cuentas o la censura de transacciones.
- Uso político indebido: En algunos países, los CBDC podrían convertirse en herramientas para la represión política, rastreando y castigando a los disidentes, o controlando el flujo de dinero de formas que violen los derechos humanos.
- Ciberseguridad: Los CBDC podrían convertirse en blanco de ciberataques, exponiendo potencialmente información financiera sensible y causando inestabilidad económica.
La eNaira nigeriana lucha por ser aceptada
Un ejemplo de las preocupaciones de los ciudadanos que obstaculizan la adopción es la eNaira de Nigeria, la primera CBDC de África, introducida en octubre de 2021. El Banco Central de Nigeria (CBN) promovió tres objetivos para la moneda digital: aumentar la inclusión financiera, facilitar las remesas e incorporar a las personas a la economía formal. La economía informal del país representa más de la mitad de su producto interior bruto (PIB) y el 80% del empleo.
Sin embargo, un informe del FMI un año después del lanzamiento mostraba que sólo se habían creado 860.000 monederos, lo que representaba apenas el 0,4% de los 224 millones de habitantes. La cifra se disparó hasta los 13 millones de carteras en marzo de 2023, cuando el país se enfrentó a una escasez de efectivo provocada por la sustitución de los billetes en nairas en circulación por parte del CBN. Pero eso sigue representando un uso de sólo el 6%.
Nigeria se ha convertido en uno de los mayores mercados de criptomonedas de África, ya que los particulares utilizan monedas y tokens digitales para protegerse frente a una moneda fiduciaria que se deprecia rápidamente, evitar los controles de capital y generar ingresos en un contexto de elevado desempleo.
Pero el lanzamiento de la eNaira se produjo nueve meses después de que el Banco Central de Nigeria prohibiera las criptomonedas, que se utilizaron para financiar las protestas contra la brutalidad policial que asolaron el país a finales de 2020. El CBN alegó que las criptomonedas ponían en peligro el sistema financiero y podían utilizarse para financiar el terrorismo, y congeló las cuentas bancarias de los manifestantes.
Los críticos de la eNaira señalan que se ejecuta en una red blockchain privada con nodos operados únicamente por el CBN y sus partes de confianza, en lugar de las blockchains públicas con las que los usuarios de cripto están familiarizados. A diferencia de las criptomonedas descentralizadas, la eNaira funciona como una aplicación bancaria normal y centralizada.
“En un lugar como Nigeria, donde existe cierta desconfianza entre los nigerianos de a pie y el Gobierno, puede haber escepticismo en cuanto a su adopción”, declaró al Financial Times Ronak Gadhia, analista del banco de inversión EFG-Hermes. “En realidad, la eNaira facilita aún más las cosas si el gobierno quiere cerrar la cuenta de alguien… o incluso todo el sistema”.
¿Cómo pueden los gobiernos hacer frente a la desconfianza de los ciudadanos hacia los CBDC?
Los gobiernos y los bancos centrales tendrán que abordar las preocupaciones de los ciudadanos de varias maneras si deciden adoptar los CBDC:
- Deben existir normativas transparentes que regulen el uso de las CBDC y protejan los derechos de privacidad de las personas.
- Deben aplicarse medidas de ciberseguridad sólidas y robustas para salvaguardar las CBDC de posibles amenazas y atacantes.
- Deben promulgarse leyes estrictas de protección de datos para garantizar que la información financiera sensible no se maneja de forma inadecuada o se utiliza indebidamente.
- Deben establecerse controles y equilibrios para evitar que los gobiernos abusen de su poder, incluida la supervisión independiente.
- Serán necesarias campañas de educación pública para informar a los ciudadanos sobre las ventajas y los riesgos de las CBDC.
Conclusión
El uso de los CBDC en el mundo real dependerá de cómo aborden los gobiernos la preocupación de los ciudadanos por la vigilancia gubernamental. Aunque las CBDC pueden aumentar potencialmente la inclusión y la eficiencia financieras, la desconfianza en la vigilancia gubernamental podría socavar su adopción.
Lograr el equilibrio adecuado entre innovación y privacidad es esencial para garantizar que las CBDC se alineen con los intereses de los ciudadanos en lugar de convertirse en una fuente de descontento y resistencia.