Desde finales de los 90 y principios de los 2000, las plataformas de medios sociales han conseguido convertirse en parte integrante de nuestra vida cotidiana, con una base total de usuarios que supera los 4.500 millones de usuarios en todo el mundo.
Las plataformas de medios sociales no dejan de evolucionar, desde la creación de nuevos sitios sociales como TikTok hasta importantes cambios de marca (X, antes Twitter). Sin embargo, en una era dominada por los gigantes centralizados de las redes sociales, la aparición de proyectos criptográficos comunitarios anuncia una nueva dirección potencial.
Aprovechando la tecnología blockchain, estas plataformas dan prioridad a la descentralización, otorgando a los usuarios un control sin precedentes sobre sus datos y la propiedad de los contenidos.
¿Podrían ser los criptoproyectos comunitarios el futuro de las redes sociales?
Hablamos con fundadores de proyectos en el espacio, que buscan desbloquear una versión menos controlada por las “Grandes Tecnologías” de las redes sociales.
Las plataformas descentralizadas de medios sociales podrían estar en camino de revolucionar una de las mayores industrias online de la actualidad. Desde las violaciones de datos hasta la moderación de contenidos y un enfoque muy relajado de la privacidad de los usuarios, los sitios de redes sociales tradicionales podrían verse en apuros, y ahí es donde podrían entrar en juego las redes sociales basadas en blockchain.
“Las plataformas de redes sociales descentralizadas ofrecen claras ventajas en comparación con sus homólogas centralizadas”, declaró a Techopedia Daniel Pal, fundador de Chappyz .
Explicó que una de las mayores ventajas que tienen las redes sociales descentralizadas frente a las centralizadas es su resistencia a la censura.
“En un sistema descentralizado, la autoridad se distribuye entre numerosos nodos, lo que dificulta que una sola entidad controle o manipule los contenidos. Esto crea un entorno en línea más abierto y diverso en el que la libertad de expresión es menos vulnerable a la supresión.”
Una de las redes sociales descentralizadas más grandes y quizá más populares de la industria de las criptomonedas es Mastodon, una plataforma de microblogging totalmente de código abierto. Su descentralización proporciona a los usuarios una mayor autonomía y privacidad, algo que varios sitios de redes sociales tradicionales no hacen tan bien.
Además, llevar los sitios de redes sociales al mundo de la Web3 podría “abrir un abanico de modelos y oportunidades de negocio”, dijo a Techopedia el cofundador de Rarilabs, Lasha Antadze.
Dmitry Mishunin, director general de HashEx, añadió que las plataformas descentralizadas de medios sociales reducen la influencia de una autoridad central y podrían conducir potencialmente a un entorno en línea más democrático y equitativo.
“Al dispersar los datos por una red, estas plataformas son menos propensas a las violaciones de datos y a la manipulación centralizada. Esta descentralización no sólo salvaguarda los contenidos, sino que también alimenta la innovación, ya que los usuarios y desarrolladores se liberan de las limitaciones de las normas y algoritmos de una única entidad.”
Los criptoproyectos comunitarios alimentan la propiedad
Una conversación que surge con frecuencia es la privacidad y el control de tus datos.
“Al redefinir el paradigma tradicional, estos proyectos otorgan a los usuarios un control sin precedentes sobre su información personal. En estas plataformas, los individuos conservan la propiedad de sus datos, determinando cómo se comparten, quién puede acceder a ellos y con qué fines.
“Este enfoque centrado en el usuario reduce significativamente los riesgos asociados al almacenamiento centralizado de datos y minimiza la probabilidad de un uso no autorizado”, señaló Pal de Chappyz.
Antadze, de Rarilabs, añadió que los usuarios también podrían utilizar los proyectos criptográficos comunitarios para monetizar sus datos personales de una forma que nunca podrían conseguir en las aplicaciones Web2.
“[Los usuarios] podrían, por ejemplo, subastar sus datos a los anunciantes en un mercado secundario”.
Antadze sacó a colación el infame escándalo de Cambridge Analytical, en el que los usuarios ni siquiera eran conscientes de que se estaba haciendo un uso indebido de sus datos y, sin embargo, esto modificó los resultados electorales en todo el mundo.
“Para que los medios sociales tradicionales y los descentralizados colaboren de forma verdadera y significativa, los medios tradicionales tendrían que modificar fundamentalmente su infraestructura y empezar a adoptar prácticas descentralizadas.”
Además, el aumento de la preocupación por la privacidad de los datos podría influir significativamente en la forma en que la gente utiliza las redes sociales más tradicionales, dando lugar a comportamientos más conscientes de la privacidad y a una demanda de plataformas que respeten la autonomía del usuario, añadió Mishunin de HashEx.
“La tecnología blockchain subyacente a estas plataformas garantiza la transparencia y la seguridad, dificultando que terceros accedan o hagan un uso indebido de los datos de los usuarios sin consentimiento.”
La tokenómica de los criptoproyectos comunitarios
Los criptoproyectos suelen utilizar la tokenómica para incentivar la participación y la gobernanza de los usuarios. A través de estructuras descentralizadas, los usuarios son recompensados con fichas por su contribución, fomentando la propiedad y la participación activa en la configuración del futuro de una cadena de bloques. Lo mismo ocurre con los criptoproyectos comunitarios.
Un ejemplo destacado es Steem, una blockchain social que recompensa a los usuarios con fichas STEEM por la creación de contenidos.
Mishunin dijo que la tokenómica puede cultivar una gran economía autosostenible dentro de un proyecto criptocomunitario en el que los tokens tengan un valor tangible y puedan utilizarse para diversos servicios, fomentando una comunidad aún más comprometida.
“La tokenómica sirve como latido del compromiso de los usuarios, creando un ecosistema dinámico en el que la participación activa no sólo se fomenta, sino que también se recompensa.
“Estos proyectos utilizan tokens para incentivar a los usuarios por sus contribuciones, ya sea elaborando contenidos valiosos, participando en debates significativos o proporcionando asistencia técnica. Al recibir tokens como recompensa tangible por sus esfuerzos, los usuarios no sólo reciben un reconocimiento por sus contribuciones, sino que también se ven estimulados a participar continuamente en el crecimiento y la evolución del proyecto”, añadió Pal de Chappyz.
Sin embargo, aunque los tokens tienen el potencial de redistribuir el poder entre los usuarios y las comunidades, también podrían considerarse un “arma de doble filo”, dijo Antadze, de Rarilabs.
“Es importante diseñar la tokenómica de forma que la comunidad se vea recompensada por su participación, pero no sólo incentivada por el beneficio económico. Es vital que la conexión y la interacción sigan siendo los incentivos clave; todo el mundo en Web3 conoce la trampa de los cazadores de fichas y el impacto perjudicial que pueden tener en la comunidad.”
Aunque una colaboración entre las aplicaciones de los medios sociales de Web2 y las tecnologías de Web3 podría parecer una propuesta atractiva, Mishunin de HashEx explicó que “es importante abordar [esta idea] con una perspectiva realista”.
Según Mishunin, las plataformas tradicionales de medios sociales podrían mostrarse más reacias a adoptar la descentralización, ya que “podría percibirse como una renuncia a su control e influencia”.
Antadze, de Rarilabs, se mostró de acuerdo, afirmando que el modelo de negocio de las redes sociales Web2 es muy incompatible con las tecnologías de cadena de bloques.
“Para que los medios sociales tradicionales y los descentralizados colaboren de forma verdadera y significativa, los medios tradicionales tendrían que modificar fundamentalmente su infraestructura y empezar a adoptar prácticas descentralizadas.”
Por otro lado, Pal, de Chappyz, se muestra más optimista al respecto, señalando que “hay un amplio margen para la colaboración entre las plataformas tradicionales de medios sociales y los proyectos descentralizados”.
“Mientras que las plataformas tradicionales han establecido grandes bases de usuarios y sólidas infraestructuras, los proyectos descentralizados aportan enfoques innovadores sobre la privacidad, la propiedad de los datos y el control de los usuarios. Las colaboraciones podrían aprovechar los puntos fuertes de ambos modelos, incorporando potencialmente características descentralizadas dentro de las plataformas existentes o promoviendo la interoperabilidad entre ellas.”
Añadió que un enfoque colaborativo también podría tener el potencial de crear un ecosistema híbrido que combine lo mejor de ambos mundos, ofreciendo a los usuarios una mayor privacidad y control, al tiempo que mantiene la accesibilidad generalizada y las características de los sitios de redes sociales tradicionales.
Lo esencial
En el panorama en constante evolución de las redes sociales, la aparición de criptoproyectos comunitarios introduce un posible cambio de paradigma, desafiando el dominio de los gigantes centralizados.
Aprovechando la tecnología blockchain, los criptoproyectos comunitarios podrían convertirse en una piedra angular, otorgando a los usuarios un control sin precedentes sobre sus datos y la propiedad de los contenidos.
Sin embargo, la colaboración entre los criptoproyectos tradicionales y los comunitarios se enfrenta a obstáculos, lo que significa que el futuro podría estar en un delicado equilibrio: aprovechar los puntos fuertes de ambos modelos para crear un ecosistema innovador e híbrido que dé prioridad a la privacidad y el control de los usuarios.