¿Qué significa disco magnético?
Un disco magnético es un dispositivo de almacenamiento que utiliza un proceso de magnetización para escribir, reescribir y acceder a los datos. Está recubierto de una capa magnética y almacena los datos en forma de pistas, puntos y sectores. Los discos duros, los discos zip y los disquetes son ejemplos comunes de discos magnéticos.
Definición de disco magnético
Un disco magnético consta principalmente de una superficie magnética giratoria (llamada plato) y un brazo mecánico que se desplaza sobre ella. Juntos forman un «peine». El brazo mecánico se utiliza para leer y escribir en el disco. Los datos de un disco magnético se leen y escriben mediante un proceso de magnetización.
El plato sigue girando a gran velocidad mientras la cabeza del brazo se desplaza por su superficie. Como todo el dispositivo está herméticamente cerrado, el cabezal flota sobre una fina película de aire.
Cuando se aplica una pequeña corriente al cabezal, se magnetizan pequeños puntos de la superficie del disco y se almacenan los datos. Viceversa, se puede aplicar una pequeña corriente a esos diminutos puntos del disco cuando el cabezal necesita leer los datos.
Los datos se organizan en el disco en forma de pistas y sectores, donde las pistas son las divisiones circulares del disco. Las pistas se dividen a su vez en sectores que contienen bloques de datos. Todas las operaciones de lectura y escritura en el disco magnético se realizan en los sectores. Los cabezales flotantes requieren un control muy preciso para leer/escribir datos debido a la proximidad de las pistas.
Los primeros dispositivos carecían de la precisión de los modernos y sólo permitían colocar un número determinado de pistas en cada disco. La mayor precisión de los cabezales permitió colocar un número mucho mayor de pistas juntas en los dispositivos posteriores. Junto con la invención de RAID (matriz redundante de discos de bajo coste), una tecnología que combina varias unidades de disco, la capacidad de almacenamiento de los dispositivos posteriores aumentó año tras año.
Los discos magnéticos se han utilizado tradicionalmente como dispositivos de almacenamiento secundario en los ordenadores, y representaron la tecnología dominante durante décadas. Con la llegada de las unidades de estado sólido (SSD), los discos magnéticos ya no se consideran la única opción, pero se siguen utilizando habitualmente.
El primer disco duro magnético construido por IBM en 1956 era una gran máquina formada por 50 discos de 21 pulgadas (53 cm). A pesar de su tamaño, sólo podía almacenar 5 megabytes de datos. Desde entonces, los discos magnéticos han multiplicado varias veces su capacidad de almacenamiento, mientras que su tamaño ha disminuido de forma comparable.
El tamaño de los discos duros modernos es de apenas 3,5 pulgadas (unos 9 cm) y su capacidad alcanza fácilmente uno o más terabytes. Un destino similar le ocurrió a los disquetes, que se redujeron de las 8 pulgadas originales de finales de los 60, a las 3,5 pulgadas mucho más pequeñas de principios de los 90. Sin embargo, los disquetes acabaron quedando obsoletos tras la introducción de los CD-ROM a finales de los 90 y ahora han desaparecido casi por completo.