¿Qué es la Ley de Servicios Digitales?
La Ley de Servicios Digitales de la Unión Europea (DSD) es una normativa destinada a proteger los derechos fundamentales de los usuarios de Internet en la UE responsabilizando a los proveedores de servicios de Internet (PSI), motores de búsqueda, plataformas de redes sociales, mercados online, redes de distribución de contenidos (RDC) y otros intermediarios que prestan servicios online. La DSA entrará en vigor el 1 de enero de 2024.
Al igual que el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE y la Ley de Inteligencia Artificial de la UE, la DSA se aplica a todas las empresas que prestan servicios digitales a clientes de la UE. Esto incluye servicios accesibles desde la UE, así como servicios dirigidos a usuarios de la UE.
El incumplimiento puede dar lugar a multas y sanciones de hasta el 6% de los ingresos anuales mundiales de un intermediario en el ejercicio financiero anterior.
Ámbito de aplicación de la Ley de Servicios Digitales
Gran parte de la Ley de Servicios Digitales se centra en la moderación de contenidos y la responsabilidad que tienen las plataformas online de eliminar los contenidos nocivos e identificar la desinformación.
La rendición de cuentas es otro elemento central de la DSA. Estipula que los intermediarios online deben cooperar con las autoridades públicas para combatir los contenidos y comportamientos online que puedan ser perjudiciales para terceros.
Esto incluye la recopilación, uso o divulgación ilegal de datos personales sin el debido consentimiento, así como la retirada inmediata de:
- Contenidos que promuevan o inciten a la violencia, el odio, la discriminación o la hostilidad por factores como la raza, la religión, la etnia, la nacionalidad, el sexo, la orientación sexual o la discapacidad;
- Material que apoye, glorifique o fomente actos terroristas, el extremismo violento o el reclutamiento en organizaciones terroristas;
- Contenido que incluya prácticas de UX de patrón oscuro engañosas diseñadas para obtener información personal o financiera;
- Cualquier contenido de texto, imagen o vídeo que explote o perjudique a los niños;
- Contenido relacionado con la venta, distribución o promoción de drogas ilegales, narcóticos o sustancias controladas por la ley;
- El intercambio, distribución o venta no autorizados de materiales protegidos por derechos de autor, incluidos software, películas, música y productos falsificados;
- Contenidos que animen o instruyan a las personas a autolesionarse, dañar a otros o participar en conductas delictivas;
- Contenido que facilite las amenazas cibernéticas, incluyendo el desarrollo y distribución de malware y herramientas de hacking de bajo código como ransomware-as-a-service.
Las plataformas online muy grandes (VLOP) y los motores de búsqueda online muy grandes (VLOSE) con más de 45 millones de usuarios activos mensuales en la UE están obligados a realizar evaluaciones de riesgo de sus plataformas, publicar informes anuales de transparencia y establecer un mecanismo que responda a las quejas de los usuarios en un plazo de dos semanas.
Grandes plataformas online (VLOP) | Grandes motores de búsqueda online (VLOSE) |
Alibaba AliExpress | Bing |
Amazon Store | Google Search |
Apple AppStore | DuckDuckGo |
Booking.com | |
Google Play | |
Google Maps | |
Google Shopping | |
Snapchat | |
TikTok | |
Wikipedia | |
YouTube | |
Zalando |
Disposiciones clave del DSA
La DSA contiene una serie de disposiciones clave, entre ellas:
- Mandatos de transparencia y responsabilidad de los proveedores de servicios online;
- Medidas contra los contenidos ilícitos y nocivos;
- Protección del derecho a la intimidad del usuario final;
- Protección de la libertad de expresión del usuario final;
- Mayores obligaciones para las grandes plataformas online.
Además, la DSA está diseñada para proteger y capacitar a los usuarios finales de varias maneras. Exige a los intermediarios:
- Obtener el consentimiento de los usuarios antes de recoger o procesar sus datos personales. Este consentimiento debe ser libre, específico, informado e inequívoco.
- Proporcionar a los usuarios información clara y concisa sobre las prácticas de recopilación e intercambio de datos del intermediario. Esta información debe ser fácil de entender y los usuarios deben poder acceder a ella en diversos formatos.
- Conceder a los usuarios el derecho a acceder a sus datos y solicitar su supresión. Los usuarios también tienen derecho a que sus datos se transfieran a otra plataforma.
- Proteger la privacidad de los usuarios cuando utilizan servicios online. Esto incluye medidas para impedir el seguimiento de los usuarios en diferentes sitios web y el uso de sus datos con fines publicitarios sin permiso.
- Prohibir los elementos de diseño de patrones oscuros que oculten, induzcan a error, coaccionen y/o engañen deliberadamente a los visitantes de un sitio web para que tomen decisiones no deseadas.
- Exigir a los intermediarios que sean más transparentes sobre sus prácticas de moderación de contenidos. Esto facilitará que los usuarios entiendan por qué sus contenidos han sido eliminados o restringidos, y ayudará a garantizar que los gobiernos y los algoritmos de inteligencia artificial (IA) no están censurando contenidos protegidos por el derecho a la libertad de expresión.
- Otorgar a los usuarios el derecho a recurrir las decisiones de retirar o restringir sus contenidos. Esto permitirá a los usuarios impugnar las decisiones que consideren injustas o injustificadas.
- Exigir a los intermediarios que tengan en cuenta el derecho a la libertad de expresión a la hora de tomar decisiones sobre la moderación de contenidos. Esto significa que las plataformas no podrán eliminar o restringir contenidos simplemente porque no estén de acuerdo con ellos.
- Establecer un nuevo Observatorio Europeo de Medios Digitales (EDMO) para supervisar la aplicación de la DSA e informar sobre posibles amenazas a la libertad de expresión. El EDMO será un organismo independiente encargado de velar por que las plataformas cumplan las disposiciones del AED en materia de libertad de expresión.
Polémica
A pesar de sus objetivos benévolos, la DSA ha suscitado controversia y ha planteado importantes cuestiones sobre la pesada carga de cumplimiento normativo que la Ley supondrá para los intermediarios más pequeños, así como para las VLOPS y VLOSE.
También se ha expresado preocupación por la posibilidad de que la Ley censure contenidos innecesariamente debido a la falta de una terminología claramente definida en la legislación. Los críticos sostienen que frases como “medidas apropiadas y proporcionadas” están tan abiertas a la interpretación que el lenguaje vago de la Ley dificultará a las partes interesadas el cumplimiento o la aplicación de la legislación.