Es difícil de imaginar, pero si el plan de acción Future of Flight (Futuro del vuelo) del Ministerio de Transportes británico logra su objetivo, llamar a un taxi volador podría ser una realidad en 2028.
Pero no se trata sólo de la posible introducción de drones que transporten pasajeros. También está el enorme incentivo económico, ya que se espera que la tecnología de los drones inyecte 45.000 millones de libras adicionales en la economía británica de aquí a 2030.
La hoja de ruta del Gobierno también allana el camino para que los drones avanzados de lucha contra el crimen, suministro médico y reparto de correo se conviertan en una visión familiar sobre los cielos británicos. Sin embargo, el Ministerio de Transporte apuesta por una serie de beneficios adicionales para el Reino Unido.
Para empezar, la iniciativa “El futuro del vuelo” tiene en cuenta que la innovadora tecnología de los drones podría reducir las emisiones de CO2 hasta en un 99,8% en comparación con los métodos de transporte tradicionales.
Por otra parte, estudios en tiempo real han demostrado que la tecnología de los drones también puede reducir drásticamente la contaminación acústica y recortar los tiempos de transporte en más de un 50%.
Sin embargo, si fuera sencillo, todo el mundo lo haría.
En este artículo, analizaremos el atractivo de las aplicaciones reales que ofrecen los taxis aéreos y las tecnologías de drones, así como los obstáculos a los que se enfrenta esta ambiciosa propuesta.
Puntos clave
- En marzo de 2024 se puso en marcha el plan de acción Future of Flight del gobierno británico, que promete hacer realidad los taxis voladores a partir de 2026.
- El transporte de pasajeros, las entregas a domicilio y la mejora de los servicios de emergencia se beneficiarán de tecnologías de aviación con drones más rápidas, ecológicas y silenciosas.
- El plan es una clara declaración del objetivo del Reino Unido de convertirse en líder mundial en la adopción a escala nacional de la aviación con drones respetuosa con el medio ambiente.
- La colaboración entre el Gobierno, la industria y los organismos reguladores de la aviación podría suponer un impulso de 45.000 millones de libras para la economía británica de aquí a 2030.
¿Por qué queremos taxis voladores?
La emocionante perspectiva de poder coger pronto un taxi aéreo se debe en última instancia a los continuos avances de los aviones eléctricos de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL). Y no es sólo la industria aeronáutica la que se está involucrando; gigantes del automóvil como Suzuki también están entrando en el mercado.
A primera vista, el plan de acción del Gobierno prevé que los drones pilotados puedan estar en el aire en 2026, y que los primeros taxis voladores autónomos y sin piloto despeguen en 2030.
Aunque puede costar acostumbrarse al concepto de subirse a un vehículo volador, los taxis teledirigidos tienen varias ventajas sobre los actuales medios de transporte.
Los drones pueden ser más respetuosos con el medio ambiente, sobre todo si funcionan con energías renovables. Además, podría suponer el fin de los atascos en hora punta en las congestionadas redes de carreteras del Reino Unido.
Por supuesto, sería ambicioso pensar que dentro de dos años todos nos subiremos a un taxi volador para volver a casa después de una noche de fiesta, pero quién sabe: dentro de una década podría convertirse en la primera opción.
Por parte del gobierno británico, ven muchos lugares del Reino Unido desconectados “debido al envejecimiento de las infraestructuras y a la falta de soluciones de transporte sostenibles y asequibles”.
El gobierno señala a empresas como Vertical Aerospace, con sede en Bristol, que está preparando un eVTOLaircraft alimentado por baterías, el VX4, capaz de transportar a cuatro pasajeros en una autonomía de 160 km sin emisiones operativas.
Podría acortar a 26 minutos trayectos como el de Liverpool a Leeds, que suele durar hora y media en coche, o reducir a 20 minutos el trayecto de 80 minutos entre Brighton y el aeropuerto de Heathrow.
El Gobierno también menciona el avión eléctrico de Joby Aviation, de cinco plazas y pilotado, diseñado para ofrecer trayectos rápidos, silenciosos y sin emisiones de hasta 160 kilómetros a velocidades de hasta 320 km/h, que sólo requieren una simple pista de aterrizaje en cada extremo del trayecto.
Joby afirma que el despegue de su vehículo genera casi un tercio menos de ruido que un helicóptero, mientras que el ruido en vuelo se mide como inferior al de una conversación.
Para dar vida a estos servicios, el Gobierno planea una red de más de 80 verpuertos en todo el país de aquí a 2029-30.
Mientras tanto, los habitantes de las islas Orcadas se convirtieron, durante tres meses de 2023, en los primeros del Reino Unido en recibir “correo por dron”.
Las cartas y paquetes se transportaron desde la oficina de reparto de Royal Mail en Kirkwall hasta Stromness, desde donde Skyports Drone Services envió el correo por avión al personal de Royal Mail en las islas de Graemsay y Hoy.
Desde estos lugares, los trabajadores postales realizaban sus rutas habituales de reparto.
El próximo plan, con financiación de la Agencia Espacial Europea, incluye la introducción de conectividad 5G/6G y drones capaces de transportar cargas útiles más pesadas y con mayor tolerancia al viento.
Aplicaciones alternativas eVTOL en el mundo real
Aparte de la fanfarria que rodea a los taxis aéreos, el Gobierno también prevé una serie de beneficios anticipados para los servicios de emergencia, y el Ministerio de Transporte espera que reduzca la presión sobre la infraestructura de la red de transporte del país.
Es posible que ya haya visto u oído hablar del uso de drones en los servicios de emergencia del Reino Unido. Sin embargo, la legislación actual exige que los pilotos de drones mantengan siempre una línea de visión visual (VLOS) con la aeronave, a menos que se utilice un segundo piloto.
¿Qué va a cambiar?
Pues bien, en colaboración con la industria aeroespacial y la Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido (CAA), el plan propuesto por el Gobierno permitirá volar drones autónomos más allá de la línea de visión visual (BVLOS).
Más baratos de comprar, mantener y volar, los drones BVLOS podrían llegar a sustituir a los helicópteros de la policía y las ambulancias aéreas como alternativa más rentable. Además, los menores costes operativos permitirán el despliegue de un mayor número de drones de emergencia en todo el país, lo que se traducirá en tiempos de respuesta más rápidos.
Del mismo modo, los nuevos avances en la tecnología de baterías permitirán prolongar el tiempo de vuelo entre cargas. Esto podría resultar muy valioso para las operaciones de búsqueda y rescate en las regiones más remotas del Reino Unido y en la respuesta a grandes catástrofes naturales y grandes acontecimientos.
Percepción y aceptación del público
Aunque los planes del Gobierno despiertan entusiasmo, los expertos advierten de la necesidad de educar a la población sobre sus ventajas. Esto incluye abordar las preocupaciones sobre la seguridad de los drones autónomos y los aviones de pasajeros eVTOL.
Para empezar, en un cielo aparentemente ya superpoblado, ¿cómo se gestionará con seguridad el mayor volumen de tráfico aéreo y cómo se regulará? El concepto de taxis voladores, drones de reparto y drones de servicios de emergencia que inundan el aire aumentará sin duda las preocupaciones existentes en materia de seguridad.
Además, con los recientes y sonados fallos de Boeing -una marca que suele ser sinónimo de seguridad aérea-, se podría perdonar a la gente por su reticencia inicial a subirse a un taxi aéreo. A medida que crezca el sector, el número de pasajeros debería aumentar con el tiempo, pero puede que las empresas pioneras en el sector sufran una presión financiera inicial.
Sin embargo, al igual que en los primeros años de la aviación comercial, la gente puede convencerse y la adopción de aplicaciones de drones en nuestras rutinas diarias podría convertirse en algo habitual.
Retos de infraestructura y regulación
Convencer al público puede llevar tiempo, pero para que la visión del Gobierno tenga éxito, primero debe crearse la infraestructura necesaria para apoyarla.
La infraestructura física que exige esta empresa es una prioridad inmediata. Por ello, el Gobierno ha propuesto desarrollar una red nacional de “vertiports” (plataformas urbanas y rurales que permiten el aterrizaje y despegue de aeronaves eVTOL).
Para lograrlo, el Gobierno tiene previsto incorporar aeropuertos comerciales, remodelar los aeródromos existentes y crear nuevos vertiports en todo el país.
No sólo habrá que equipar estos emplazamientos con infraestructura de carga eléctrica, sino que el éxito de su plan de acción para el futuro de los vuelos dependerá también de la creación de una red de conectividad fiable, segura y que abarque todo el Reino Unido.
A continuación, hay que hablar de los retos de la regulación.
En este punto, el Gobierno tiene previsto colaborar con los operadores del sector y la CAA para mantener unas normas de seguridad estrictas. Esto incluye la intensa regulación de drones autónomos, taxis aéreos y otros operadores de eVTOL para garantizar el correcto mantenimiento de sus vehículos y la concesión periódica de certificados de aeronavegabilidad.
También para los pilotos de drones. Por el bien de la seguridad de los pasajeros aéreos (y del público en general), el gobierno y los líderes de la industria tendrán que investigar y certificar la elegibilidad de los pilotos para volar y obtener una licencia de operación.
Lo esencial
La promesa de evitar el tráfico de la hora punta mientras el taxi aéreo le lleva y le trae del trabajo está en el horizonte.
Si a ello añadimos la mejora de la eficiencia de los servicios de emergencia y la logística de transporte del país, el gobierno británico se ha propuesto claramente liderar a escala mundial el despliegue de la aviación avanzada con drones respetuosa con el medio ambiente.
Los plazos de los planes del gobierno son sin duda ambiciosos. Aun así, si la inversión se materializa y las colaboraciones lideradas por la industria tienen éxito, con el apoyo de la tecnología de baterías y la innovación en drones y eVTOL, la voluntad de adoptar los taxis voladores en nuestras rutinas diarias es más una cuestión de “cuándo” que de “si”.