De un plumazo, el presidente ruso Vladimir Putin inauguró una nueva era en el panorama financiero del país: la era del rublo digital.
Este acontecimiento trascendental se produce en un momento en que otros países, en particular China, están impulsando sus respectivos proyectos de moneda digital de banco central (CBDC), lo que, en un contexto global, plantea cuestiones interesantes sobre la interacción y el conflicto entre las CBDC emitidas por los gobiernos y las criptomonedas descentralizadas.
El rublo digital y sus implicaciones
La aprobación de un rublo digital representa un eje en la estrategia financiera de Rusia, ya que la ley autoriza al Banco de Rusia a gestionar cuentas en rublos digitales, posicionando la moneda junto a los métodos de pago existentes.
Iniciado en 2020 como un medio para resistir las sanciones y regular el gasto gubernamental, el rublo digital puede servir ahora como una posible solución a las actuales sanciones financieras impuestas por los países occidentales.
Más allá de la importancia geopolítica, esta medida tendrá un profundo impacto en la economía rusa. Las monedas digitales proporcionan a las autoridades un mayor control sobre las transacciones, permitiéndoles rastrear y regular el flujo de dinero de forma más eficiente.
Esto es ventajoso para los gobiernos que quieren aumentar la vigilancia financiera, ya que les permitirá controlar cómo se gastan los fondos, potencialmente hasta el nivel de transacción individual.
El rublo digital podría permitir a los padres controlar los gastos de sus hijos, como afirma Anatoly Aksakov, jefe de la comisión parlamentaria rusa sobre mercados financieros.
La táctica del yuan digital chino
La ciudad de Changshu, en la provincia de Jiangsu, está a punto de empezar a pagar a los trabajadores del sector público íntegramente en yuan electrónico, lo que supone el mayor despliegue de la moneda digital hasta la fecha.
Sin embargo, a pesar de su agresiva promoción, el yuan digital ha tenido dificultades para ganar tracción generalizada, quedando muy por debajo de los volúmenes de transacciones de las aplicaciones privadas de pago digital.
En particular, el proyecto del yuan digital ofrece a Pekín un nivel de acceso sin precedentes a los comportamientos financieros de los ciudadanos, un factor que puede frenar su adopción.
Y estos movimientos pueden ayudar a explicar la decisión de Pekín de prohibir el bitcoin (BTC) en 2021, en lo que los expertos etiquetaron como un movimiento de “dos pájaros de un tiro” que afirmaba la supremacía del yuan digital al tiempo que reducía la presión sobre la limitada red energética de China.
Con un énfasis cada vez mayor en las monedas digitales, la economía rusa se apoya cada vez más en el yuan chino, ya que se encuentra en el ostracismo de las redes financieras occidentales.
CBDC frente a criptomonedas descentralizadas
Aunque los CBDC y las criptomonedas descentralizadas comparten similitudes, representan filosofías fundamentalmente diferentes.
La centralización de las CBDC, como el rublo y el yuan digitales, contrasta con el espíritu descentralizado de criptomonedas como el bitcoin.
Las criptomonedas, en teoría, ofrecen libertad financiera, privacidad e inmunidad frente a la interferencia gubernamental, aspectos atractivos que las CBDC, con su mayor capacidad de vigilancia, no pueden ofrecer.
Sin embargo, las CBDC tienen su propio atractivo: ofrecen las ventajas de las monedas digitales, como transacciones más rápidas y costes más bajos, al tiempo que están respaldadas por un banco central.
Este respaldo proporciona un nivel de estabilidad y confianza del que a menudo carecen las criptomonedas. El potencial de las CBDC para funcionar dentro del sistema financiero actual, en lugar de perturbarlo por completo, podría hacerlas más atractivas para los gobiernos y los inversores conservadores.
¿Un futuro de coexistencia o de conflicto?
El auge de las CBDC no significa necesariamente el fin de las criptomonedas descentralizadas.
Por el contrario, puede indicar un futuro en el que coexistan ambas formas de dinero digital, atendiendo a diferentes necesidades y preferencias.
Los gobiernos pueden considerar beneficioso fomentar una economía mixta de CBDC y criptomonedas, equilibrando la necesidad de control con los beneficios de la innovación.
Sin embargo, sigue existiendo la posibilidad de conflictos, ya que los gobiernos pueden intentar prohibir o restringir el uso de criptomonedas, temiendo que puedan socavar el control económico y facilitar actividades ilícitas.
El auge de las CBDC podría darles un arma formidable en este sentido, ya que la adopción generalizada de las CBDC podría hacer que las criptodivisas fueran menos necesarias y, por tanto, más fáciles de prohibir.
El futuro exacto de las monedas digitales sigue siendo incierto, pero una cosa está clara: a medida que avancen proyectos de CBDC como el rublo digital ruso y el yuan digital chino, cambiarán radicalmente nuestra concepción del dinero y su uso.
A medida que las monedas digitales se integren cada vez más en nuestra vida cotidiana, será vital mantenerse al tanto de estos avances y considerar sus implicaciones más amplias para la economía mundial.